Obras de Javier Senosiain

Javier Senosiain (Ciudad de México, 1948) es arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (1972), distinguido por su obra orgánica, también conocida como bio-arquitectura.

El municipio de Naucalpan tiene el honor de albergar sus más sobresalientes construcciones; casas escultóricas con fachadas excéntricas que, por falta de promoción, poco se conoce sobre su valor y permanecen en el anonimato para los mismos habitantes del municipio.

El gran triunfo de estas construcciones es, en pocas palabras, su concepto. Más allá de la estética, hay toda una filosofía detrás. Me explico; la arquitectura orgánica busca consolidar al ser humano con la naturaleza y partiendo de esta, se desarrollan proyectos que simulan elementos como caracoles, hongos, plantas, células e incluso la fisiología de algún animal, tanto en apariencia como en funcionamiento. Vastos estudios deben realizarse para entender las creaciones naturales y literalmente, construir analogías. La sustentabilidad es un punto clave, pues debe haber una armonía entre la edificación y el medio ambiente. Para ser lo menos agresivo posible, el proyecto se apega a las características del sitio: su topografía, flora, fauna y factores climatológicos como temperatura, vientos y precipitación. Adicionalmente, se procura usar los materiales existentes en la zona, como la piedra, aunque Senosiain frecuentemente recurre al ferro-cemento para poder lograr sus inusuales geometrías. A fin de ilustrar cómo el arquitecto Javier Senosiain aplica los conceptos anteriormente expuestos, analizaremos dos representativas obras:

Casa Orgánica

Tipo: Residencia

Ubicación: Paseos del bosque, Naucalpan, Estado de México

Año: 1985

Mayor reto: La estructura, pues para obtener una mayor integración con el entorno, esta fue enterrada bajo un extenso jardín. Enfoque: Un lugar que debe ser emotivo y evocar sentimientos de felicidad y confort, adaptado a las necesidades básicas del ser humano. Mayor logro: Por medio de curvaturas logra cumplir con su objetivo, pues son más resistentes que las líneas rectas, por tanto, más protectoras pero, a la vez, amables y acogedoras.

Nido de Quetzalcóatl

Tipo: Condominio horizontal, 10 casas

Ubicación: Paseos del bosque, Naucalpan, Estado de México

Año: 2008

Tamaño: 5000 m²

Mayor reto: El emplazamiento. En el terreno había muchos árboles, una cañada y cuevas. Enfoque: Tal como su nombre indica, la solución dada por el arquitecto fue crear una serpiente que brinca los obstáculos y luego se entierra bajo la superficie. Así, por medio de puentes se pasa por encima de la cañada y luego se aprovechó la cueva subterránea catalogada como segura (las otras fueron demolidas). Mayor logro: Máximo respeto por el ecosistema existente. Se dejó un 98% de área libre permeable, pues la construcción prácticamente no tocó la superficie, y, por lo tanto, también se conservaron los árboles. Como hemos visto, es posible lograr armonía entre un ambiente natural y uno artificial. Las recompensas son invaluables, pues la arquitectura orgánica impacta de manera positiva en quienes la habitan y a su vez, aporta beneficios ambientales que nos favorecen a todos por igual.

Listado completo; obras de Javier Senosiain en Naucalpan

Casa Orgánica, 1985 | El tiburón, 1990 | Ballena mexicana, 1992 | Casa Flor, 1994

Diferentes proyectos conformados en el mismo terreno, cada uno con distinto acceso y fachada, el cambio de años es conforme se fue expandiendo la construcción en etapas de la casa orgánica.

Conjunto Satélite, 1995

El Kiss, 1999

Nautilus, 2007

Nido de Quetzalcoatl, 2008

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