Naucalpan arrastra millonaria deuda de agua

Naucalpan de Juárez figura entre los municipios mexiquenses con mayores adeudos ante la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM), con una deuda que asciende a 539 millones de pesos. Una parte considerable de esta cifra corresponde a recargos acumulados por pagos atrasados, lo que evidencia una falta de regularización que se arrastra desde administraciones anteriores.

La situación se complica por el abandono de infraestructura hidráulica. Actualmente, diversos pozos permanecen fuera de operación y tanques de almacenamiento importantes, como los ubicados en Lázaro Cárdenas y Los Remedios, permanecieron vacíos por largos periodos. Esto generaba interrupciones constantes en el suministro de agua para varias colonias, afectando directamente a miles de familias naucalpenses.

Aunado a esta deuda, el gobierno local también enfrenta obligaciones financieras con otras instancias, como el Servicio de Administración Tributaria (SAT), al que debe 243 millones de pesos por conceptos fiscales no cubiertos durante pasadas gestiones. Pese a declaraciones sobre reestructuración, no se han transparentado soluciones concretas para resolver el endeudamiento.

En 2024, la inversión pública en infraestructura hídrica se desplomó más de un 80% en el Estado de México, pasando de 788 millones a apenas 129 millones de pesos. Esta reducción, que podría estar relacionada con problemas administrativos, pone en riesgo la operación de sistemas de agua en municipios con alta demanda, como Naucalpan.

Vecinos han manifestado su inconformidad ante la falta de resultados del gobierno local en materia de agua potable. Consideran que, más allá de justificar la situación por “herencias” de otras gestiones, se requieren acciones inmediatas y transparentes para garantizar el derecho al agua en sus comunidades.

Aviso editorial general: Esta información se presenta con fines periodísticos y tiene un carácter meramente informativo. Está basada en datos disponibles y en análisis que reflejan tendencias observadas; sin embargo, no deben considerarse como verdades absolutas.