Juanito lucha por recuperar su vida, tras 13 cirugías por quemaduras

A sus 13 años, Juanito enfrentará otra serie de operaciones, para recuperar su cabello, restituir sus orejas, nariz y los dedos de su mano derecha.

El 28 de febrero de 2005, el cuerpo de Juanito quedó envuelto en llamas, cuando una vela cayó sobre su cama y el fuego transformó su piel, su rostro y sus manos, cuando apenas era un bebé de cuatro meses de edad.

Desde entonces “han sido 13 años de cirugías y terapias, gran parte de su vida la ha pasado en el hospital y yo con él”, señaló Carlos, quien se quedó solo con sus dos hijos, luego que su esposa optó por regresar a su pueblo en Oaxaca.

“No hay empleo que me aguante faltar en cada hospitalización, porque como es un niño, siempre debe estar acompañado”, señaló Carlos.

Juanito necesita apoyo que complete el ingreso por la venta de llaveros de estambre que Carlos y sus hijos realizan para subsistir . Con una serie de operaciones de injertos de cabello, «ya vendí el refrigerador, el micro, el estéreo y la lavadora”, afirmó Carlos Suárez, quien cuida y mantiene a sus dos hijos.

Juanito asiste al hospital Shrines en México, presta atención especializada para niños de entre 0 a 18 años, con problemas ortopédicos y secuelas de quemaduras, sin importar la solvencia económica de las familias, donde el pequeño también recibe terapias psicológicas y de rehabilitación.

De no ser por apoyo médico gratuito, Juanito no habría logrado la recuperación que hoy tiene, pues su padre es un hombre de origen humilde y él, junto con sus hermanos, vive en una casa con techo de cartón en San José Tejamanil, una de las comunidades más pobres de Naucalpan.

“Juanito es un milagro, porque está vivo, tiene movilidad, es inteligente por lo que su objetivo es reintegrarse a la escuela del Conafe en el Tejamanil, donde cursa el primer año de secundaria”.

El pequeño se encuentra punto de dejar la escuela, por las serie de operaciones a las que se ha sometido.

Lo que implica traslados, estancias en el hospital y cuidados permanentes que impiden que el padre de Juanito trabaje en un empleo formal, por lo que prácticamente se sostiene de la venta de llaveros de estambre.

Las ayudas para Juanito “llegan por temporadas, pero hay épocas cómo ésta que escasean”, por lo que Carlos planea vender la licuadora y una pantalla.

Juanito y su padre mantienen un número de cuenta en Banco Azteca e el cual reciben aportaciones para pagar los gatos de sus operaciones; en el número de cuenta: 25321364429973 con cable 127180013644299737.|

 

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